La ley no ha cambiado, pero la forma de trabajar sí.
Y eso tiene consecuencias que muchas empresas aún no tienen en el radar.
El Tribunal Supremo lo ha dejado claro: si un trabajador hace su trabajo desde casa, también puede presentar una demanda laboral desde allí. Aunque esa ciudad no tenga nada que ver con la sede de la empresa.
El caso que lo confirma
Una empresa con sede en Las Palmas contrató a un trabajador que hacía su labor desde Madrid. Al ser despedido, presentó la demanda por despido en los Juzgados de lo Social de Madrid.
La empresa alegó que el contrato decía que el centro de trabajo era Las Palmas, y en primera instancia le dieron la razón. Pero el Tribunal Superior de Justicia revocó esa decisión. Y ahora el Tribunal Supremo ha zanjado el tema:
el lugar de trabajo, en teletrabajo, es el domicilio del trabajador.
¿Qué nos dice la ley?
La Ley Reguladora de la Jurisdicción Social (artículo 10) permite elegir entre dos opciones para presentar una demanda:
- el lugar donde se prestan los servicios
- o el domicilio de la empresa
Cuando se trabaja en la oficina, esto no genera problemas.
Pero en el teletrabajo, la oficina es el salón de casa. Y eso cambia el escenario judicial.
¿Y lo que diga el contrato?
Aunque el contrato diga que el centro de trabajo es otro (como en este caso, Las Palmas), eso no determina por sí solo dónde se puede demandar.
Lo que importa es dónde se realiza realmente el trabajo. Y si es desde casa, ese es el criterio que vale.
Además, el Supremo recuerda que la ley del teletrabajo no sirve para decidir sobre tribunales: eso lo regula la Ley Procesal, no la laboral.
¿Qué pasa si hay trabajo híbrido?
Si el trabajador combina oficina y teletrabajo, también podrá elegir el juzgado que más le convenga:
- donde trabaja más tiempo
- donde firmó el contrato
- o donde esté la sede de la empresa
La ley protege así su derecho a reclamar sin desventaja.
¿Qué debes tener en cuenta como empresa?
El teletrabajo no solo afecta al control horario o a la productividad.
También cambia el escenario si hay un conflicto.
Permitir el trabajo remoto implica aceptar que, llegado el caso, tendrás que defenderte en la ciudad donde viva tu empleado.
Esto hay que tenerlo en cuenta al firmar acuerdos de teletrabajo, prever costes y definir políticas de recursos humanos.
El domicilio del trabajador no es solo su puesto de trabajo. También puede ser el punto de partida de una demanda laboral.
Si tienes dudas sobre cómo puede afectar esto a tu empresa o a tus contratos actuales, estamos aquí para ayudarte.
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