Reestructurar una empresa familiar antes del relevo generacional puede evitar muchos dolores de cabeza… y también una factura fiscal innecesaria.
Cuando llega el momento de planificar el futuro de un negocio familiar, no basta con decidir quién hereda qué. El verdadero reto está en garantizar la continuidad sin tensiones ni bloqueos entre los descendientes.
Y aquí es donde entra en juego la escisión total con neutralidad fiscal: una herramienta legal que permite dividir la empresa en varias sociedades, adjudicando cada una a un heredero distinto, sin que eso suponga pagar impuestos extra.
La Dirección General de Tributos lo deja claro:
Este tipo de operación está protegida por el régimen especial de neutralidad fiscal, siempre que responda a motivos económicos legítimos, como:
- Evitar futuros conflictos entre herederos con poca relación entre sí
- Repartir responsabilidades de forma equitativa y autónoma
- Preservar la estabilidad del negocio familiar
- Facilitar la sucesión sin necesidad de heredar una gestión conjunta
¿Cómo funciona?
En una escisión total proporcional, el patrimonio de la empresa original se divide entre nuevas sociedades, manteniendo la misma proporción que tenían los socios.
Así, tras el fallecimiento de los progenitores, cada heredero podrá recibir el 100 % de «su» sociedad, sin interferencias con los demás.
¿Y qué pasa con los impuestos?
Si se hace bien y con una justificación real, la operación:
- No tributa en el Impuesto sobre Sociedades ni en el IRPF
- Está exenta de ITP y AJD (tanto en operaciones societarias como en transmisiones onerosas)
- No genera plusvalía municipal
- Y además, se mantienen los valores fiscales y fechas originales, lo que evita sustos en el futuro
Pero cuidado:
No se trata de una trampa para pagar menos. La finalidad fiscal no puede ser el objetivo principal, como recuerda el Tribunal Supremo.
La clave es que exista una voluntad real de reorganizar, proteger y dar continuidad al negocio familiar.
Escindir antes de heredar puede ser una estrategia muy inteligente.
Evitas conflictos entre hermanos, organizas la gestión con antelación y proteges la empresa… sin cruzar ninguna línea roja.
Si estás en este punto y quieres saber si esta opción es viable para tu caso, desde Asesoría Danalo podemos ayudarte a analizarlo con rigor.